Mágicas e inspiradoras, las especies nativas son nuestra especialidad por ser originarias del Bosque Andino de la Patagonia, lugar donde se encuentran nuestros viveros.
Esta región es conocida como “isla verde” porque permaneció aislada de otros bosques a lo largo de los últimos diez millones de años. Los invitamos a conocer y a descubrir las características y detalles que hacen únicas a cada una de nuestras especies autóctonas.
Dentro del grupo de coníferas, contamos con la emblemática araucaria, también conocida como piñonero. Este árbol es de follaje persistente, sus hojas son gruesas y puntiagudas. Puede alcanzar unos 50 metros de altura y se distingue por su longevidad ya que puede vivir hasta mil años.
Aunque de menor estatura, pero ciertamente imponente, dentro de la misma categoría, podrán encontrar al ciprés de la Cordillera. Este árbol se caracteriza por su porte erecto y aspecto piramidal, pudiendo llegar a medir unos 25 metros de altura. Sus hojas tienen forma de escamas, las cuales se mantienen verdes durante todo el año.
También ofrecemos un gran abanico de especies del género nothofagus, las que se caracterizan por embellecer el otoño con el colorido espectáculo que dan sus hojas cuando se tiñen de amarillo, luego de naranja y finalmente de rojo. Estos árboles producen grandes cantidades de semillas y se desarrollan mejor en ambientes espaciosos con exposición a la luz solar.
Además, poseemos otras especies autóctonas, tales como el icónico arrayán conocido por su singular color rojo ladrillo que le ha valido el nombre de arrayán rojo o palo colorado; el maitén de copa ancha y elegante, y el notro, también llamado arbusto de fuego, distinguido por sus flores de color rojo intenso que brotan agrupadas en racimos durante la primavera.